viernes, septiembre 15, 2006

La Filemona

Es como un gran drama trágico: el héroe pide silencio a sus espectadores ideales, empuña su espada y se interna en el egeo; es como una nota alta sostenida por la soprano en una vieja ópera, es recordar los viejos tiempos de amor y paz: de la psicodelia, de los 60´s, de un ideal, de la lucha con flores contra una guerra de bombas, balas y explosiones.

Es, sin duda, el invento más perfecto del ingenio germano, es, o fue, mi primer auto.

El otro día la dejé estacionada frente a la casa en el desnivel que forma la entrada sus faros miraban al poniente, esos faros con personalidad, redondos, como ojos de inocente, estaba inclinada mirándome llegar de frente a ella, me miraba, lo juro, casi con inteligencia, casi con tristeza, no sé cómo decirlo. Su parabrisas grande y abombado, emulaba una frente amplia, sus limpiadores eran como pestañas arqueadas hacia arriba, expresaban sorpresa o tristeza o casi miedo. Conforme me fui acercando la pude escuchar, temblaba, sus puertas de pasajeros (que no cerraban bien por falta de gomas) hacían el ruido característico de la lluvia en un tejado, asombrado, me paré a un lado de la puerta de conductor, saqué mi juego de llaves y la abrí, entré, me senté en el asiento y, como reacción habitual, pise el freno, estaba tenso, como si alguien lo estuviera pisando, me pareció extraño, supuse que las balatas estarían aferradas a los discos. Bajé, cerré la puerta, me acerqué al retrovisor y pregunté, como para mí mismo: Filemona ¿qué te pasa?

Es que ya me voy, y no quiero.

domingo, septiembre 10, 2006

Fragmento: biografía

“Aunque obstruya las tierras y las aguas, sin embargo, el cielo ciertamente está abierto; iremos por allí: ¡aunque posea todas las cosas, Minos no posee el aire!”

------ Ovidio, Las Metamorfosis: VIII-II

Tres pares de ojos, seis globos en total, desde lo alto miran la tierra: sus campos, sus cerros, ríos, calles, edificios y grandes avenidas, todo parece salido de la postal de un país lejano, tal visión roza con lo irreal ¿quién hubiera podido concebir tal prodigio? El avión: los hermanos Wright, el barón rojo, Jules Verne, el globo aerostático, la vuelta al mundo, Mario Moreno, Air France, Osama. Las nubes son muy parecidas al vapor delicado que emana del agua hirviendo para preparar gelatina en casa y si uno atraviesa una nube las gafas escurren gon gotitas de agua, como la que queda en los cuerpos después de tomar un baño de vapor. ¡Mira! Si sacas la cabeza por tu izquierda, verás que los campos que fumigamos son tan vastos, que ni con nuestra altura podemos verlos todos ¡mira! Con nuestra altura, las explosiones allá abajo parecen como ondas en un lago, las piedras que aventamos ruedan y tiran casas y le cortan las piernas a los niños ¡Mira! ¿Quién hubiera podido concebir tal prodigio? Aeronauta, tú, como Dédalo desafías tu naturaleza, como Ícaro, su hijo, no tienes más que atenerte a las consecuencias de tu propia vanidad, tus alas, endebles, apenas te logran sostener y nada más que tu propia estupidez será la que te precipite al profundo y negro mar.

www.aeronauta.tk

sábado, septiembre 02, 2006

¿por qué al otro lado del mundo los autos se manejan al revés?

¿Por qué todos extrañamos al Crazy y sus interminables pláticas sobre las hormigas y sus múltiples inventos?