Frente al espejo del baño ensayaba cada una de las posibilidades: podría salir corriendo sin poner atención en nada, en el ruido o el alboroto que hicera o podría tratar de salir, como esos personajes de las películas, agazapado tras cada mueble, mimetizado en cada pared y escondido en cada sombra. Aún no sabía cómo, pero esaba decidido a escapar de la locura.
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