martes, noviembre 20, 2007

Fumus somnus

Si uno observa con atención a través de la ventana de mi cuarto -por un tiempo más bien prolongado -puede ver si pone atención y se es cuidadoso, los sueños residuales de la gente, es una especie de niebla multicolor, como el humo de la fogata atravezado por la luz de una lámpara sorda. Alguna imágenes parecen proyectarse en esta bruma. El fenómeno es muy parecido a las proyecciones de películas en cines viejos, donde a nadie le importa si fumas o no y las imágenes empiezan a vislumbrase en el humo de los cigarros. Así es la mañana a través de la ventana de mi cuarto.

Las cabezas de los caminantes son como ceniza de habano -pienso -despiden humo, niebla policromada y desde las nucas de la gente se entrevén imagenes: niños corriendo, ancianos en camas, gente disfrzada, toda clase de animales, desde cachorros y gatitos hasta los más ponsoñozos; serpientes, alacranes y tarántulas. Algunos días son más difíciles que otros, cuando hay mucho viento es particularmente complicado, en esos casos es mejor desitir y ocuparse en beber café. Los mejores días; sin embargo, son los nublados, no hay interferencia entre el sol y la niebla, los colores brillan por sí mismos.

Me gusta ver por la ventana y tratar de imaginar sonido para esas imágenes, las imágenes residuales de las personas que se acaban de despertar. Es interesante cómo observando la niebla que despide la cabeza de cada individuo uno puede adivinar algo de los hábitos somníferos de las personas. Usualmente hay más niebla por la mañana a eso de las siete o las ocho, aunque a lo largo del día y por todas partes siempre hay uno que sale de algún lugar con un poquito de humo saliendo de su cabeza a veces es tan poco, que las imagenes se distorsionan demasiado y es imposible adivinar qué soñó aquel. Es importante que diga esto: el humo de los que se acaban de despertar no dura más de una hora a lo más hora y media. He visto cómo los veladores que tienen que hacer esfuerzos por quedarse despiertos el humo se les disipa trás una hora.

Tengo que hacer más observaciones en diferentes tipos de circunstancias y estados de sueño para determinar con exactitud cuánto tiempo dura el humo y si éste corresponde a la cantidad de tiempo efectivo de sueño y al número de sueños que el sujeto experimenta cada vez que duerme. Por lo poronto; a falta de tiempo, disposición, sujetos y financiamiento, me conformo con mirar por la ventana.

1 comentario:

Eloísa dijo...

Con el tiempo se te permitira esuchar su espesura...